Wednesday, January 11, 2006

Angel

Siempre un angel puede transformarse en angel de la muerte. No hay maldad en esta transformación, sólo devenir, sólo erosión, sólo esa voluntad celeste que es destino.

La admirada hada de ojos sedantes es de ¿satán o de dios? (se lo preguntaba Baudelaire)
De ninguno no es de nadie no es ni de ella
en un instante deja caer su brazo rematado en suaves arañas en el gesto de la caricia que electrifica, y sin mediar espacio tiempo maldad o bien se transforman en cinco afiladas hojas de afeitar que laminan la carne.

No hay saña, no hay explicación, sólo pasa, sólo duele, sólo desgarra

y la sangre mana de la carne
y también de las mismas hojas

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